Las monedas de oro estaban guardadas en una caja de seguridad del Banco Nación, a donde solo se puede acceder firmando una planilla y atravesando todos los controles. Según los registros que constan en la causa, eran 177 monedas en total secuestradas en el marco de un expediente narco que llegó a juicio. El dueño de las monedas terminó absuelto y se ordenó el reintegro de su dinero. Lo que nadie se esperaba fue que las monedas hayan desaparecido. La increíble historia terminó ayer con una batería de allanamientos. El apuntado es Martín Poderti, actual miembro del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata y ex secretario del juzgado federal 2 de San Isidro. Otro juez federal, Emiliano Canicoba Corral, allanó ayer varios domicilios y hasta su propio despacho.
Poderti inició su carrera judicial en 1993, como auxiliar administrativo en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional. Luego fue jefe de despacho del Juzgado Federal 2 de San Isidro donde estuvo más de diez años como secretario. De hecho, estuvo a cargo de la causa por la Fiesta de Olivos, donde el ex presidente Alberto Fernández todavía no pudo ser sobreseído.
Poderti aterrizó en Mar del Plata junto a Roberto Minguillón para completar dos vacantes originadas en 2018 y 2020 por las renuncias de Néstor Parra y Mario Portela. Pero el escándalo que ahora lo tiene como protagonista había comenzado antes, cuando era secretario del juzgado federal 2 de San Isidro.
“Las monedas habían sido secuestradas a un imputado de la ‘causa Sancho’ que terminó absuelto”, explicó a Infobae una fuente judicial. Gustavo Sancho es un empresario que fue condenado en 2023 por liderar una banda narco que entraba cocaína a la Argentina en avionetas. Fue su primer condena judicial, pero ya había estado envuelto en otro casos resonantes. En 2011, fue mencionado por el papá de Candela Sol Rodríguez como una de las personas que podía estar detrás del secuestro de la nena. Y en 2018, un hombre cercano de Sancho fue acusado de amenazar a la jueza Sandra Arroyo Salgado.