El objetivo era disfrutar de unas vacaciones en familia en Villa La Angostura donde poseen un hospedaje de ensueño rodeado de naturaleza.
Luego de suspender sus ajetreadas agendas por un par de semanas, la reina y el rey de Países Bajos viajaron al país para tomarse unos días de descanso en uno de los rincones más hermosos de la Argentina. Justamente es donde poseen alojamiento hace ya varios años.
Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro poseen un exclusivo refugio en el sur de Argentina. Este proyecto hotelero, conocido como Estancia Pilpilcurá, es uno de los tesoros más discretos de la realeza y, al mismo tiempo, un destino irresistible para quienes buscan un lugar reservado.
Lo que hace aún más especial a la Estancia Pilpilcurá es su capacidad para combinar lo mejor de la tradición local con el confort moderno. Este acogedor hotel boutique alberga solo cinco habitaciones exquisitamente decoradas, donde se fusionan lo mejor del diseño europeo con encantadores detalles de la cultura regional. Las habitaciones, generosas en espacio y luz, invitan a la relajación, con ventanales que ofrecen vistas impactantes del paisaje circundante.


Más allá del lujo tangible de sus instalaciones, como el elegante spa o la piscina climatizada con vistas impresionantes al lago, la estancia promueve una experiencia inmersiva en la cultura local. Los huéspedes pueden aprender sobre el arte artesanal de la región a través de los textiles que adornan el hotel, e incluso disfrutar de excursiones personalizadas para explorar los alrededores de este paraíso escondido.
Además, Estancia Pilpilcurá ha sido también testigo de entrañables amistades, como la que une a la reina Máxima con Juliana Awada, esposa del ex presidente argentino Mauricio Macri. Este lazo refuerza la percepción de que este refugio no es solo un escape vacacional, sino también un punto de encuentro, camaradería y conexión más allá de fronteras.

Con cada año, la estancia en Villa La Angostura se reafirma como un hogar lejos de casa para la familia real neerlandesa, reflejando no solo el gusto por el lujo discreto y la privacidad, sino también por un sentido profundo de pertenencia a la región andina. Así, la reina Máxima y el rey Guillermo, junto a sus hijas, continúan creando recuerdos en este rincón apacible que armoniza la naturaleza, la tradición y la modernidad.

