Por redacción.-
Llamativamente un vehículo particular de un funcionario fue incluido en un listado de vehículos pertenecientes al parque automotor municipal. La inclusión se hizo a pedido del propio funcionario, quien además le solicitó al Ejecutivo que este año “le compren un vehículo 0km” para poder llevar adelante su labor.
¿Quién controla al contralor?
El contralor Jorge Fernández, que también está siendo cuestionado en el ámbito del Concejo Deliberante por ser afiliado a un partido político poniendo en riesgo la compatibilidad de su cargo, vuelve a estar en el debate a raíz de una llamativa solicitud: ser eximido con su vehículo particular y no pagar Estacionamiento Medido como todos los vecinos, vecinas e incluso funcionarios públicos.
Hace meses, se había conocido públicamente el pedido del contralor, que evidentemente se hizo efectivo porque finalmente, logró su cometido.
El hombre que brega por las “causas justas” y las acciones transparentes, parece ser el club del “has lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. Al menos, así lo demuestra en su accionar.
Afiliado al PJ
Basándose en las normas, Fernández, se pasea por medios de comunicación y busca visibilidad pública a partir de denuncias, en la mayoría de los casos sin sustento. (En los próximos días mostraremos la forma de argumentar y de “trabajar” del funcionario público). El problema de sus declaraciones, es que, en la mayoría de los casos, no se condicen con su accionar: Fernández está incumpliendo nada más y nada menos que la ordenanza que le permite (permitiría) ser contralor. La misma, dice explícitamente que quien ocupe ese cargo no puede estar afiliado a ningún partido político; sin embargo, el hombre sigue siendo afiliado del Partido Justicialista que hoy conduce Cristina Fernández de Kirchner.
Incluso, fue uno de los planteamientos que en algún momento recibió -no mediáticamente, pero si en persona- el propio funcionario y haciendo caso omiso o siguiendo su instinto de aplico la ley a mi manera, nunca resolvió.
Fernández podría ser un típico ejemplo de casta del estado: trabajador del estado, concejal, asesor del Deliberante y empleado del estado en la última década (quizás más).
El funcionario deberá ahora dar explicaciones sobre su accionar. Además de “enseñar” a otros en su manera de actuar, debería ahora, actuar en consecuencia a sus dichos, o al menos tratar de explicarlo.