La diabetes tipo 2 es una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo, y Argentina no es la excepción. En el país, se estima que 1 de cada 2 personas con esta condición no ha recibido un diagnóstico, lo que representa un desafío importante para la salud pública. La falta de diagnóstico no solo aumenta el riesgo de complicaciones graves, sino que también retrasa los tratamientos que podrían mejorar la calidad de vida de los pacientes.
A nivel global, la diabetes tipo 2 continúa en aumento, impulsada principalmente por el envejecimiento de la población, el desarrollo urbano y el crecimiento económico, que han llevado a estilos de vida más sedentarios y a un mayor consumo de alimentos no saludables. Esta combinación de factores contribuye al aumento de casos y al sobrepeso, ambos fuertemente asociados a la diabetes.
El endocrinólogo Dr. Adrián Proietti, jefe de Endocrinología y Diabetes en Kynet Medicina Integral, señaló la importancia del manejo adecuado y de un estilo de vida saludable para quienes viven con diabetes. «Vivir con diabetes no significa una sentencia de vida con mala salud. Con un manejo adecuado y apoyo, es posible llevar una vida plena y activa», destacó el especialista.
La diabetes tipo 2, que representa el 90% de todos los casos de diabetes, puede desarrollarse de manera silenciosa, con síntomas leves o incluso sin síntomas, lo que dificulta su detección temprana. Esto provoca que muchas personas solo descubran la enfermedad cuando ya presentan complicaciones como problemas de visión, úlceras en las extremidades, enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares.

Las cifras son alarmantes: se estima que unos 240 millones de personas en el mundo viven con diabetes sin diagnosticar, con la mayoría de los casos en países de ingresos bajos y medios. Esta enfermedad también es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal y amputaciones. Sin un control adecuado, las personas con diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares e infecciones.
Las políticas de prevención son clave para combatir la diabetes. Promover una alimentación saludable y la actividad física puede reducir el riesgo y retrasar la aparición de esta enfermedad en personas con tolerancia disminuida a la glucosa. Las intervenciones basadas en la dieta y el ejercicio han demostrado ser tan eficaces como los medicamentos en el manejo de la diabetes.
